Tratamiento
farmacológico en el TDAH
Algunas formas leves
de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad se
pueden controlar a veces con tratamiento no farmacológico. Sin
embargo, los expertos indican que el tratamiento más eficaz para el TDAH
es la intervención multimodal, es decir, la combinación de
tratamiento farmacológico, intervención psicológica, intervención familiar e
intervención escolar. El uso de la medicación es por tanto un pilar más
del tratamiento para el TDAH.
Los niños con TDAH
tienen un desequilibrio químico de los neurotransmisores Dopamina y Noradrenalina (sustancias
químicas del cerebro), lo que ocasiona desajustes en el funcionamiento
cerebral. Principalmente, se ve afectado el lóbulo frontal y las áreas
prefrontales, afectando a las funciones ejecutivas, lo que provoca
alteraciones en la atención, en el control de impulsos, la inhibición de
respuestas y la toma de decisión (Soutullo y Díez, 2007.)
Existen varios tipos
de mediaciones disponibles en la actualidad que ayudan a los niños/as con TDAH.
Se trata principalmente de los medicamentos estimulantes como el Metilfenidato
(en otros países, existen otros medicamentos como Pemolide y
la Dextroanfetamina) y los no estimulantes, como la Atomoxetina y
el grupo de los antidepresivos tricíclicos. Los fármacos
estimulantes aumentan los niveles de dopamina en el cerebro y la Atomoxetina aumenta
los niveles de noradrenalina.
Es necesario
conocer que la medicación es segura y que los efectos secundarios son
pocos y no son graves. Dichos fármacos son prescritos de acuerdo con el
criterio del médico y con la aprobación de los padres y de acuerdo a las
circunstancias y características de cada caso, realizando siempre
un estudio médico previo a la administración de los fármacos.
Fármacos
psicoestimulantes
Los medicamentos
estimulantes están entre los psicofármacos más seguros y eficaces que tenemos
disponibles y con una larga historia de uso en población infantil.
Dentro de los
fármacos estimulantes, el Metilfenidato (MPH) es el
tratamiento farmacológico de elección para el TDAH (Castells et al., 2004). El
metilfenidato es un estimulante que mejora tanto la hiperactividad como la
inatención en niños con TDAH. Más de 60 años de experiencia con esta
medicación, y más de 150 estudios en diversos países confirman que es
eficaz y segura en el tratamiento del trastorno por hiperactividad.
Fármacos no
estimulantes
La Atomoxetina es
el medicamento no derivado anfetamínico de primera elección en pacientes con
TDAH en España. Su efecto positivo dura todo el día y puede
administrarse en una sola toma por la mañana. Entre los beneficios que presenta
frente a los tratamientos psicoestimulantes es que no tiene potencial de abuso,
puede mejorar la ansiedad y no empeora los tics, así como que su efecto se
mantiene constante entre las tomas,, lo cual no supone un descenso del
principio al olvido de una toma como en el caso de los estimulantes.
A pesar de ser
la Atomoxetina un medicamento reciente, está muy bien
estudiado, y lleva varios años siendo utilizado en muchos países (EE.UU., Gran
Bretaña, Alemania, Canadá, Australia?).
Eficacia del uso de
fármacos para el TDAH
El Metilfenidato y
la Atomoxetina son los fármacos recomendados en la actualidad
para tratar el TDAH en niños y adolescentes por su eficacia y seguridad a las
dosis recomendadas (NICE, 2009).
El "Estudio de
Tratamiento Multimodal de niños/as con TDAH" (MTA) publicado por el
instituto Nacional de Salud mental de EE.UU, mostró que un tratamiento
farmacológico adecuado y estandarizado reduce de una forma significativamente
mayor la sintomatología nuclear, que un tratamiento psicoterapéutico o la
intervención psicosocial. Sin embargo, la combinación de una terapia
farmacológica y de intervención psicológica, obtuvo mejores resultados que
aquellos niños que sólo fueron tratados con farmacoterapia. Los resultados
positivos no sólo se reflejaron en una mejora de la sintomatología sino que
también se obtuvo una mejoría significativa en aspectos relacionados como
el trastorno como mejora de la autoestima, la conducta social, los
trastornos asociados (ansiedad, oposicionista desafiante, comportamiento?) y el
rendimiento académico (Soutullo y Díez, 2007). Por tanto, el uso
combinado de fármacos y terapia se muestra como la alternativa terapéutica más
eficaz para le TDAH.
Supervisión y
seguimiento del tratamiento farmacológico
El tratamiento
farmacológico debe iniciarlo y continuar su seguimiento un médico adecuadamente
cualificado y experto en el tratamiento del TDAH y sus comorbilidades más
frecuentes.
El pediatra y el
médico encargado de la medicación deben llevar seguimientos y revisiones
periódicas de talla, efectos de la medicación y evaluación del funcionamiento
global del niño.
Aunque el
metilfenidato suele tolerarse bien, al ser un fármaco estimulante, a veces
puede producir algunos efectos secundarios comunes como la disminución del
apetito o del sueño, fácilmente reversibles reajustando las dosis. En el caso
de la falta de apetito o la alteración en los ritmos de las comidas,
especialmente cuando nos encontramos con el caso de que el niño o niña presenta
tallas mínimas o por debajo de los índices de normalidad, es necesario revisar
el tipo y la dosis de medicación y aplicar medidas específicas como un estudio
del estilo de alimentación, uso de complementos vitamínicos, adaptaciones
nutricionales, etc.
Supervisión del
tratamiento farmacológico en el colegio
Si un alumno está
medicado y los profesores del niño/a lo conocen, éstos pueden colaborar
observando y registrando si aparecen mejoras o no en el rendimiento académico,
en el comportamiento y en las relaciones con sus compañeros. Su información puede
ser de gran utilidad para los padres y médico que trata este/a alumno/a a la
hora de valorar la efectividad del tratamiento farmacológico o bien la
necesidad de ajustar la dosis.
También, desde el
centro escolar pueden colaborar en la observación de posibles efectos
secundarios tales como, irritabilidad, dolor de cabeza, náuseas, disminución
del apetito, etc., y trasladar la información a los padres.
Es importante que
cuando el alumno muestre resultados positivos tras la administración del
fármaco, el profesor refuerce su buena conducta o buen rendimiento y no lo
atribuya al fármaco; como lo haría con frases tipo "se nota que hoy te has
acordado de tomar la pastilla" o "que bien trabajas cuando
tomas la pastilla".
A veces los
niños salen adelante sin medicación, pero quizás tienen demasiados apoyos que
les hacen perder autonomía. Esto puede generar estrés en la familia; ya
que los esfuerzos a lo que se ven sometidos son demasiados. Además, en el
colegio se corre el riesgo de que los demás niños les etiqueten como el
"niño diferente".
Es importante
destacar que son muchos los niños que se benefician de estos tratamientos
farmacológicos y que es necesario en un 80% de los casos, pero siempre
combinados con otras intervenciones tanto psico-educativas como
socio-familiares, para mejorar la autonomía del niño, su déficit de atención, hiperactividad e
impulsividad.
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Fuente: https://www.fundacioncadah.org
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